El país en que despierta este moribundo blog, vampirizado por tan atroz crisis (metáfora, no sabemos para quién más acertada, si para el país en sí, o para un servidor), es un país nuevo. Por tanto, hecho borrón y cuenta nueva, no creo que haya de responder por una pereza que pertenece ya a vidas pasadas. Eso sí, esperemos sinceramente que esta reencarnación no deje de lado el karma del rigor que desde el principio nos ha caracterizado en este ilustre blog, si bien en esta entrega, con algo de humor.
Entremos en materia. Un país nuevo, sí, eso he dicho un párrafo más arriba. Me imagino que por el lector pasan automáticamente imágenes de una coleta, aderezadas debidamente por el semblante de novio-que-quiero-para-mi-hija de cierto político catalán, con proyección nacional (cosa curiosa, la española). Pues que así sea. Sean celestiales o infernales lo que tales imágenes evocan a nuestro lector, ¡quédese con ellas! Y es que de eso va la cosa hoy. Circunstancialmente en Madrid. Algo comprensible visto que hay elecciones, a la vuelta de la esquina ya, para el 24 de mayo. Allá vamos.
La prehistoria (antes de Podemos) del voto útil:
De lo que se trata en esta entrada de hoy, es de una de las cosas probablemente más denostadas en los últimos tiempos: el voto útil. Para muchos de nuestros ciudadanos (en sentido genérico, no como partido), eso recuerda ominosamente a la era PP-PSOE que desean en todo caso ver enterrada. El recuerdo de votar útil a Felipe González o José Luis Rodríguez Zapatero, que aunque no convenciesen a más de un izquierdista, eran aceptables con tal de parar los pies al dóberman, se ha vuelto insoportable para muchos. Si no, que se lo digan a Podemos...En cuanto al PP, ese dilema no se planteaba; no había una IU en el arco político de la derecha donde "tirar" su voto. Eso claro, parece estar cambiando...y eso, si no, que se lo digan a Ciudadanos (esta vez sí, con "C" mayúscula). ¿Por qué hablo de voto útil? ¿Para convencer de votar a PSOE y PP y no dejarse llevar por charlatanes? No, lo hago dirigiéndome a potenciales votantes de Podemos y Ciudadanos, sin duda alguna, pero no para animarles a volver al redil del 78 (esto te lo tomo prestado, Pablo, pero por motivos meramente retóricos), sino para plantearles cómo hacer más útil su voto hacia las nuevas formaciones. Unas nuevas formaciones, que no es que asomen la cabeza, sino que parecen venir con ganas de medirse cara a cara y con el cuerpo entero. Y por esto voy a hablar de dos formaciones en las que quizá nadie piense mucho: IU y UPyD.
Apunte sobre la fauna demoscópica española:
Las encuestas nos descubren que hay vida más allá de PP y PSOE, pero además os voy a demostrar que hay vida entre PP-PSOE (lo siento, lo de PPSOE no nos parece riguroso, por mucho humor que se permita esta entrada) y Podemos-Ciudadanos. Moribunda quizá, no lo negamos, como este mismo blog incluso, pero aún existente y posiblemente todavía con constantes vitales tras el holocausto electoral que se avecina este año. El caso es que se trata de dos formaciones salidas más de una tragedia griega que de nuestra jungla demoscópica carpeto-vetónica. Precisamente quienes llevaban esperando agazapados a servir de recambio, no solo ven cómo unos advenedizos les quitan el relevo, sino que encima les asocian con lo que Pablo Iglesias jr. llama la "casta", es decir, todo lo casposo que se fraguase allá en contubernio en 1978...a Rosa Díez, que al revés que IU (de reconocido pedigrí a través del histórico PCE), entró en el Congreso allá por el año 2008, le puede parece especialmente dolorosa esta asociación. Más doloroso, para ambos en todo caso, ver cómo el despegue demoscópico que la crisis económica les estaba proporcionando tras la deserción que tanto PP y PSOE sufrían tras las elecciones del 20 de noviembre (el destino a veces tiene un humor bastante negro) del 2011, resultaba fugaz, devolviéndoseles su oscuro nicho en sus urnas (más mortuorias que electorales).
Las elecciones en Madrid: perspectivas demoscópicas
Y sin embargo, en las próximas elecciones autonómicas en Madrid, pueden ser más importantes de lo que parecen. Miren esta encuesta que Metroscopia publicó en febrero: en un parlamento de 129 escaños, el PP llegaría en cabeza con el 28% y 38 escaños y Podemos le seguiría de bastante cerca con 24,6% y 34 escaños; en tercera posición vendría un defenestrado PSOE con solo 17% y 24 escaños, y por si no bastase la humillación, tendría que ver cómo le amenaza en su retaguardia el nuevo advenedizo en la ciudad: Ciudadanos, con un sorprendente 15,8% y 21 escaños. Pero ni mucho menos acabaría aquí la carrera, pues detrás iban a quedar IU y UPyD, con un 5,5% y 7 escaños y 5% y 6 escaños respectivamente. Para quien piense cómo se podría gobernar tan insigne gallinero político, que se ponga a sumar.
El caso es que hay varias posibilidades. El País parece tenerlo claro, visto el titular, pero puestos a sumar y a soñar un poco, salen varias combinaciones. Simplificando:
Y ahora es cuando: ¿cómo votar útil?
El caso es que este precario equilibrio entre izquierda y derecha puede venirse abajo si ocurren dos cosas: que o bien IU o UPyD, o ambos si cabe, no entran en la Asamblea de Madrid. Y el problema, para unos y otros, es que uno entre y el otro no. ¿Qué como es posible eso que planteamos? Pues muy simple: aunque el tamaño de la circunscripción, de 169 escaños, hace que la ley d´Hondt tenga efectos plenamente proporcionales (es decir, que el porcentaje de votos se refleja con gran fidelidad en el reparto de escaños), existe una pequeña "trampa" pensada para evitar la ingobernabilidad: la barrera del 5% (artículo 10.6 del Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid), disposición según la cual, la lista electoral que no supere el 5%, se queda fuera. ¿Y qué le pasan a IU y UPyD? Pues que según Metroscopia, tendría el primero 5,5% de los votos, y el segundo 5%.
Sin embargo, como Metroscopia no es el Oráculo de Delfos, se puede equivocar, de manera que al final, IU tenga 4,9% y UpyD 4,5%, con las consecuencias que todo el mundo puede imaginar. Como también puede equivocarse en más cosas, podría darse que Podemos+PSOE+IU tuviesen 65 y no 64 escaños, ¿se imaginan aquellos entusiastas votantes de Podemos que por no votar a IU, esta se quedase por debajo del umbral, llevándose sus escaños, los cuales se repartirían entre el resto? Me imagino que no querrían encontrarse con una Asamblea en la que PSOE y Podemos por un lado, tuviesen enfrente a PP, Ciudadanos y UPyD, independientemente de lo que fuesen a hacer juntos; una asamblea en la que UPyD se erigiría en hacedora de reyes.
De la misma manera, a pesar del igualmente poco cariño que Ciudadanos y UPyD parecen profesarse, quizá más de un votante de Ciudadanos prefiera votar a UPyD para evitar su caída en el Hades demoscópico, desde donde la (reconozcámoslo) ideológicamente afín cohorte magenta no podría sumarse a la legión centrista (¿estáis más contentos así?) o por lo menos evitar que un tripartito de izquierdas, no ya con Podemos en su seno, sino encabezado probablemente por un partido que ambos tildan de populista (bueno, el PSOE también, si cabe más, y sin embargo...), llegue al poder. Esto es justamente a lo que me refería con voto útil.
Epílogo
La tesis de este artículo es que precisamente, votar útil, algo que se suele asociar con votar a los grandes y no a los insignificantes, puede resultar ser lo contrario aquí. Cierto es que en las elecciones generales, con muchas circunscripciones provinciales donde el escaso número de escaños hace que los pequeños partidos no lleguen al reparto, muriendo tal como aquellos polluelos en los documentales de la 2 cuyos hermanos no dejan comer del pico materno, votar a partidos como IU y UPyD se convierta en auténtico onanismo electoral. Sin embargo, como hemos visto en estas elecciones autonómicas, se plantea un dilema para el que vea el día de mañana en forma de bloques.
Y sin embargo, incluso tras mi magistral explicación, no quedan las cosas tan claras. Trasvasar votos de Podemos a IU tiene sentido para que IU no desaparezca, dejando huérfano a un hipotético bloque de izquierdas. Sin embargo, es probable que si llega el PP en cabeza, el PSOE, en vez de hacerse el harakiri, simplemente se abstenga en la investidura, en lo que podríamos denominar una gran coalición soft, con lo que un gobierno en minoría de PP podría plantearse alcanzar pactos puntuales con otras fuerzas (véase Ciudadanos + UPyD) o incluso con el PSOE solo o junto con Ciudadanos (gran coalición +, aunque en la sombra). Ahora, si Podemos llega el primero, se derrumba el castillo con que puede estar soñando Cristina Cifuentes. Podemos podría verse favorecido por un mismo panorama de abstenciones benévolas y después gobernar con pactos puntuales. Por eso, concentrar su voto en Podemos es la mejor garantía de que pueda superar al PP y se haga así con la investidura; estrategia a la que resultaría perjudicial aventurarse a votar a pequeños partidos como IU...
Si sirve de consuelo al lector, quien aquí escribe no sabe bien aun qué hará en las elecciones. En todo caso, para empezar a digerir esta entrada, invito a seguir las elecciones andaluzas este domingo 22. ¡Que lo disfruten!
Eric Pardo
La prehistoria (antes de Podemos) del voto útil:
De lo que se trata en esta entrada de hoy, es de una de las cosas probablemente más denostadas en los últimos tiempos: el voto útil. Para muchos de nuestros ciudadanos (en sentido genérico, no como partido), eso recuerda ominosamente a la era PP-PSOE que desean en todo caso ver enterrada. El recuerdo de votar útil a Felipe González o José Luis Rodríguez Zapatero, que aunque no convenciesen a más de un izquierdista, eran aceptables con tal de parar los pies al dóberman, se ha vuelto insoportable para muchos. Si no, que se lo digan a Podemos...En cuanto al PP, ese dilema no se planteaba; no había una IU en el arco político de la derecha donde "tirar" su voto. Eso claro, parece estar cambiando...y eso, si no, que se lo digan a Ciudadanos (esta vez sí, con "C" mayúscula). ¿Por qué hablo de voto útil? ¿Para convencer de votar a PSOE y PP y no dejarse llevar por charlatanes? No, lo hago dirigiéndome a potenciales votantes de Podemos y Ciudadanos, sin duda alguna, pero no para animarles a volver al redil del 78 (esto te lo tomo prestado, Pablo, pero por motivos meramente retóricos), sino para plantearles cómo hacer más útil su voto hacia las nuevas formaciones. Unas nuevas formaciones, que no es que asomen la cabeza, sino que parecen venir con ganas de medirse cara a cara y con el cuerpo entero. Y por esto voy a hablar de dos formaciones en las que quizá nadie piense mucho: IU y UPyD.
Apunte sobre la fauna demoscópica española:
Las encuestas nos descubren que hay vida más allá de PP y PSOE, pero además os voy a demostrar que hay vida entre PP-PSOE (lo siento, lo de PPSOE no nos parece riguroso, por mucho humor que se permita esta entrada) y Podemos-Ciudadanos. Moribunda quizá, no lo negamos, como este mismo blog incluso, pero aún existente y posiblemente todavía con constantes vitales tras el holocausto electoral que se avecina este año. El caso es que se trata de dos formaciones salidas más de una tragedia griega que de nuestra jungla demoscópica carpeto-vetónica. Precisamente quienes llevaban esperando agazapados a servir de recambio, no solo ven cómo unos advenedizos les quitan el relevo, sino que encima les asocian con lo que Pablo Iglesias jr. llama la "casta", es decir, todo lo casposo que se fraguase allá en contubernio en 1978...a Rosa Díez, que al revés que IU (de reconocido pedigrí a través del histórico PCE), entró en el Congreso allá por el año 2008, le puede parece especialmente dolorosa esta asociación. Más doloroso, para ambos en todo caso, ver cómo el despegue demoscópico que la crisis económica les estaba proporcionando tras la deserción que tanto PP y PSOE sufrían tras las elecciones del 20 de noviembre (el destino a veces tiene un humor bastante negro) del 2011, resultaba fugaz, devolviéndoseles su oscuro nicho en sus urnas (más mortuorias que electorales).
Las elecciones en Madrid: perspectivas demoscópicas
Y sin embargo, en las próximas elecciones autonómicas en Madrid, pueden ser más importantes de lo que parecen. Miren esta encuesta que Metroscopia publicó en febrero: en un parlamento de 129 escaños, el PP llegaría en cabeza con el 28% y 38 escaños y Podemos le seguiría de bastante cerca con 24,6% y 34 escaños; en tercera posición vendría un defenestrado PSOE con solo 17% y 24 escaños, y por si no bastase la humillación, tendría que ver cómo le amenaza en su retaguardia el nuevo advenedizo en la ciudad: Ciudadanos, con un sorprendente 15,8% y 21 escaños. Pero ni mucho menos acabaría aquí la carrera, pues detrás iban a quedar IU y UPyD, con un 5,5% y 7 escaños y 5% y 6 escaños respectivamente. Para quien piense cómo se podría gobernar tan insigne gallinero político, que se ponga a sumar.
El caso es que hay varias posibilidades. El País parece tenerlo claro, visto el titular, pero puestos a sumar y a soñar un poco, salen varias combinaciones. Simplificando:
- Tenemos por la mínima, una coalición de derechas: PP + Ciudadanos (¡no somos de derechas!) + UpyD (¡¡nosotros menos!!), con justo 65 escaños (el mínimo para una mayoría absoluta).
- En lo que a una coalición de izquierdas se refiere: PSOE (¿¿Estos de izquierdas??) +Podemos (ejem, mejor "de abajo", que suena mejor...pero bueno, sí) + IU (¿alguna objeción caballeros?), con solo 64 escaños, se quedarían a las puertas.
- Sin embargo, si somos un poco más imaginativos, a tal coalición podría sumársele UPyD, en una suerte de Frente Popular (más a la francesa que a la española), que con 70 escaños, tendría una mayoría absoluta holgada, si bien quizá haga falta algo de taumaturgia para mantener unido algo así (¿se imaginan a Podemos y UPyD juntos?).
- Una versión soft podría ser la de UPyD apoyando la investidura y permitir un tripartito en minoría, o quizá incluso, en versión soft+, ante la necesidad de todo partido que no sea el PP, de no cargar con el sambenito de haber venido para que nada cambie, de que UPyD y Ciudadanos se abstuviesen para dejar gobernar a un tripartito Podemos+PSOE+IU, mucho más, con 64 escaños, que el PP con sus 38 escaños. Esto sigue requiriendo una incursión a la psicodelia, a la que se añade el que el PSOE acepte ir con Podemos de mamporrero, visto el cariño que parecen profesarse mutuamente...¡pero en fin, en este blog somos libres de soñar!
Y ahora es cuando: ¿cómo votar útil?
El caso es que este precario equilibrio entre izquierda y derecha puede venirse abajo si ocurren dos cosas: que o bien IU o UPyD, o ambos si cabe, no entran en la Asamblea de Madrid. Y el problema, para unos y otros, es que uno entre y el otro no. ¿Qué como es posible eso que planteamos? Pues muy simple: aunque el tamaño de la circunscripción, de 169 escaños, hace que la ley d´Hondt tenga efectos plenamente proporcionales (es decir, que el porcentaje de votos se refleja con gran fidelidad en el reparto de escaños), existe una pequeña "trampa" pensada para evitar la ingobernabilidad: la barrera del 5% (artículo 10.6 del Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid), disposición según la cual, la lista electoral que no supere el 5%, se queda fuera. ¿Y qué le pasan a IU y UPyD? Pues que según Metroscopia, tendría el primero 5,5% de los votos, y el segundo 5%.
Sin embargo, como Metroscopia no es el Oráculo de Delfos, se puede equivocar, de manera que al final, IU tenga 4,9% y UpyD 4,5%, con las consecuencias que todo el mundo puede imaginar. Como también puede equivocarse en más cosas, podría darse que Podemos+PSOE+IU tuviesen 65 y no 64 escaños, ¿se imaginan aquellos entusiastas votantes de Podemos que por no votar a IU, esta se quedase por debajo del umbral, llevándose sus escaños, los cuales se repartirían entre el resto? Me imagino que no querrían encontrarse con una Asamblea en la que PSOE y Podemos por un lado, tuviesen enfrente a PP, Ciudadanos y UPyD, independientemente de lo que fuesen a hacer juntos; una asamblea en la que UPyD se erigiría en hacedora de reyes.
De la misma manera, a pesar del igualmente poco cariño que Ciudadanos y UPyD parecen profesarse, quizá más de un votante de Ciudadanos prefiera votar a UPyD para evitar su caída en el Hades demoscópico, desde donde la (reconozcámoslo) ideológicamente afín cohorte magenta no podría sumarse a la legión centrista (¿estáis más contentos así?) o por lo menos evitar que un tripartito de izquierdas, no ya con Podemos en su seno, sino encabezado probablemente por un partido que ambos tildan de populista (bueno, el PSOE también, si cabe más, y sin embargo...), llegue al poder. Esto es justamente a lo que me refería con voto útil.
Epílogo
La tesis de este artículo es que precisamente, votar útil, algo que se suele asociar con votar a los grandes y no a los insignificantes, puede resultar ser lo contrario aquí. Cierto es que en las elecciones generales, con muchas circunscripciones provinciales donde el escaso número de escaños hace que los pequeños partidos no lleguen al reparto, muriendo tal como aquellos polluelos en los documentales de la 2 cuyos hermanos no dejan comer del pico materno, votar a partidos como IU y UPyD se convierta en auténtico onanismo electoral. Sin embargo, como hemos visto en estas elecciones autonómicas, se plantea un dilema para el que vea el día de mañana en forma de bloques.
Y sin embargo, incluso tras mi magistral explicación, no quedan las cosas tan claras. Trasvasar votos de Podemos a IU tiene sentido para que IU no desaparezca, dejando huérfano a un hipotético bloque de izquierdas. Sin embargo, es probable que si llega el PP en cabeza, el PSOE, en vez de hacerse el harakiri, simplemente se abstenga en la investidura, en lo que podríamos denominar una gran coalición soft, con lo que un gobierno en minoría de PP podría plantearse alcanzar pactos puntuales con otras fuerzas (véase Ciudadanos + UPyD) o incluso con el PSOE solo o junto con Ciudadanos (gran coalición +, aunque en la sombra). Ahora, si Podemos llega el primero, se derrumba el castillo con que puede estar soñando Cristina Cifuentes. Podemos podría verse favorecido por un mismo panorama de abstenciones benévolas y después gobernar con pactos puntuales. Por eso, concentrar su voto en Podemos es la mejor garantía de que pueda superar al PP y se haga así con la investidura; estrategia a la que resultaría perjudicial aventurarse a votar a pequeños partidos como IU...
Si sirve de consuelo al lector, quien aquí escribe no sabe bien aun qué hará en las elecciones. En todo caso, para empezar a digerir esta entrada, invito a seguir las elecciones andaluzas este domingo 22. ¡Que lo disfruten!
Eric Pardo
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